20/7/ 84

- " Con Carlitos y Paco, alquilamos tres habitaciones en la Boca (Villafañe al 200) : funciona bastante bien : tanto Carlos como Paco ya instalaron sus caballetes y bolsas de arcilla : solo una habitación permanece vacía : y es la mía !! y tal vez quede asi por mucho tiempo más : la verdad, me gusta saber que "está" y a veces la "visito" asi, blanca y silenciosa : me quedo un tiempo en ella, imagino ubicación de mesas, sillas, caballete y, finalmente, dejo todo como está : los objetos alterarían la clara nitidez de sus paredes - el blanco - el silencio tamizado de luz - : los objetos terminan por ser una de las formas de la "basura" : son lo que antecede a los grandes basurales - ¡qué palma! de todos modos , ahi está, blanca - reposada - silenciosa : un lugar para habitarlo asi - y pensarlo asi – (también funciona como "contra-imagen" de tantas exposiciones : hace posible recuperar un vacío blanco original ; si hubiera visto algunas exposiciones, bueno : seguramente comprendería la necesidad de mantener un lugar "en blanco" donde descansar !!.) " -

(de una carta de Ferrari)




 
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Un taller en la Boca.


(1° piso, departamento tipo casa, Wenceslao Villafañe 281 y Necochea) 1984/1986 aproximadamente.


La oferta de alquilarlo nos la hizo Pipo a Carlos García y a mí. ¡Fué como el sueño del pibe! íbamos a ver al maestro en acción, y esperábamos que algo de su halo de talento nos rozara. Rápidamente nos instalamos los dos, faltaba solo Pipo, a quien le habíamos reservado la mejor habitación; pensábamos que era solo una cuestión de tiempo, el maestro tenía los suyos. Ese tiempo se extendió todo el contrato, pero Pipo nunca dijo que no lo ocuparía; cuando ya esa postura fué insostenible nos dijo que necesitaba ese espacio vacío para pensarlo cuando estaba demasiado cansado, era el lugar ideal, blanco, y sin historia y así lo conservamos por un par de contratos. Con todo el lugar fue adquiriendo una suerte de religiosidad, casi no entrábamos, era algo así como un santuario zen, donde habitaba el espíritu del maestro.

Francisco Freixas