En Barracas
Ferrari con Juan José Cano, se conocían de muchos años atrás lo que les permitía compartir códigos secretos de complicidad.
Habían venido una noche a mi taller, donde fueron tomadas estas fotos. Había en total cinco, una salió fuera de foco, estas dos, y otras dos más que por ser las mejores les había regalado. En una Pipo mira através de un pequeño bastidor sin tela y Cano tiene una cacerola en la cabeza, en la otra si mal no recuerdo se están riendo.