… la verdad es que no puedo dejar de tener a Pipo presente, muchas veces creí verlo en la calle, de espaldas, caminando, de pronto girar un poco la cabeza hacia atrás, de refilón era como que podía ser... Una presencia... Supongo que se debe a su pregnancia. Era magnético, a pesar de su interés porque nos convirtiéramos en pájaros adultos y voláramos por nuestros propios medios. No conocí a nadie que me diera la impresión de integridad que él daba. Había algo que tronaba dentro suyo.
El último recuerdo que tengo es una visita a su taller de la calle Donato Alvarez preguntándole si podía ir a tomar clases con él y Pipo exclamando : - "pero no! trabaje !!!! Si quiere venga de visita, pero : TRABAJE !!!! PINTE !!! "-. Y esa fue la última vez que lo vi.

Mi pasión por Jujuy, Bolivia, la tenía ya antes de conocerlo. Es que desde los 18 años me encanuté con Jujuy. Cuando lo tuve a Pipo de profe en la Pueyrredón, fue uno de los temas de nuestras conversaciones: Jujuy, Bolivia, la puna, las fiestas. Tuve la suerte de poder mezclarme con gente de allá y hacer amistades, así que no iba tan de turista. Una vez que fui a Yavi, él me recomendó para que pudiera dormir en la iglesia, ya que no había alojamientos. La mujer que tenía la llave de la iglesia me habló de Pipo con enorme cariño - “ Dígale que venga cuando quiera, aquí lo esperamos siempre.”- Es que la coherencia, la alegría y el respeto que tenía por todo le daba directo la llave al corazón de la gente.
Otra vez, en una muestra de trabajos en una escuela de Tilcara, hablé con un maestro que había sido alumno de Pipo allá en el norte. Era como escuchar las palabras de quienes fuimos sus alumnos acá: las clases donde todos aprendíamos a VER, el profundo amor, la honestidad, la generosidad, la pasión por el arte.

Lamento mucho no haber podido estar más cerca de él. Después de la ausencia de Carlitos, que era mucho más cercano a Pipo que yo, no encontraba la manera de engancharme a un nivel más amistoso, menos “alumnístico”.
Quedan los recuerdos.



 
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Luisa Soto, 2 de febrero de 2009