Y si en realidad no hubiese nada? O si no fuesen sino sueños que al contacto del aire se desvanecieran?
Al contacto del aire, de la sociedad, de las galerías, de los precios. Al contacto de las miradas, las ambiciones y los celos. Y porqué exponer, porqué dar también esto? No les doy ya todo lo que tengo? Porque dar lo único que me queda?
Su trabajo era su mundo privado, un mundo privado, íntimo, que no parecía tener que ver con su aspecto público. En público era una fiesta, inagotable, conversador, contagiando entusiasmo. Pero en privado era moderado, trabajando a media luz, tocando sonatas barrocas en su violín, enfrascándose en sus lecturas, en libros que creíamos imaginarios: "El significado musical de los animales símbolo", o escritos en idiomas que apenas conocía y descifraba con la ayuda de diccionarios.




 
 
 

Recuerdo (Fernando González)